Saúl Bistró es un espacio hermoso, de eso no hay ninguna duda. Mi primera visita al Bistró me quedó en el recuerdo aunque no por los motivos que a sus propietarios les gustaría. Mi visita estuvo rodeada de una serie de acontecimientos desafortunados y un no muy adecuado servicio al cliente.
Pero todos merecemos una segunda oportunidad ¿cierto? Todos nos equivocamos, nadie es perfecto y después de todo este es un restaurante liderado por gente que como todo el mundo se equivoca, que tendrá sus días malos pero que también tendrá días en que todo sale perfecto. Tal vez yo fui un día de esos en qué sentimos que todo sale mal. Mala suerte para mí.
Y es que el lugar es tan bonito que mis expectativa era saborear y ser atendida a la altura de lo que el lugar emana: calidad, frescura y comodidad. Así que ¿por qué no volver? ¿por qué no darle una segunda oportunidad?
En mi segunda visita a Saúl Bistró todo fue excelente. Tomé un té delicioso de frutos rojos que se los recomiendo y el servicio fue impecable. El joven estuvo atento en explicar cómo funcionaba la infusión, nos recomendó de manera muy oportuna entradas y platos fuertes. (Si van prueben el carpaccio, es de lo mejor).
Como postre opté por un café frío con naranja que tenía todos los elementos que uno busca en un café de ese tipo: fresco, con fuerte presencia de sabor a café y un equilibrio de dulce que quita esa sensación de falta de postre.
Así que los invito a dar segundas oportunidades. Todos las merecemos ¿cierto? Démosle la oportunidad a los restaurantes de demostrar que pueden mejorar.