Fuente: La Nación. Varios proyectos de ley que permiten la flexibilización de la jornada laboral en el país están varados en la Asamblea Legislativa.
Hay al menos tres iniciativas, dos de ellas buscan aplicar medidas en tiempos de crisis y la otra pretende abrir dicha puerta de manera más permanente.
Los dos primeros son el Proyecto Ley para Proteger el Empleo en Tiempos de Crisis , expediente 18.081, y el Proyecto de Ley que Garantiza la Aplicación de Medidas Temporales para la Protección del Empleo en Tiempos de Crisis, expediente 18.080.
El primero propone una jornada de 12 horas en la cual el trabajador labora unos días 12 horas y luego tendría uno o dos días de descanso extra y, la anualizada, en la cual en las épocas de mayor producción la jornada ordinaria sería de hasta 10 horas diarias y, en las de menor requerimiento, el trabajo no excedería las seis horas.
La segunda iniciativa, el expendiente 18.080, contiene medidas temporales como el disfrute de vacaciones acumuladas o adelantar vacaciones, sustitución del tipo de jornada de trabajo de la nocturna a la diurna o la mixta, la disminución de la jornada de trabajo y la disminución de salarios y beneficios a trabajadores de altos ingresos.
El tercer proyecto se denomina Ley para Actualizar las Jornadas deTrabajo Excepcionales y Resguardar el Derecho de los Trabajadores , que se tramita bajo el expediente 16.030.
Este plan propone también la jornada de 12 horas y la anualizada siempre respetando el límite de 48 horas semanales.
“Para la jornada anualizada se prevé como principal garantía laboral, la estabilidad de la persona trabajadora, ya que si la persona empleadora desea despedirla antes de completar el semestre o período inferior en que se calendarice la jornada, se le debe pagar como extraordinarias las horas que haya trabajado más allá de la jornada ordinaria normal” señala el proyecto en sus considerandos.
El viernes pasado no fue posible conversar con Elibeth Venegas, presidenta de la Comisión de Asuntos Sociales, quien se encontraba en Colombia, sobre los factores que han trabado el trámite de estas iniciativas y su futuro.
Lo evidente es que los proyectos generan debate entre empresarios, sindicatos y entre los mismos trabajadores.
Jose Vargas trabajó en horario comprimido (una semana laboraba 4 días 12 horas con 3 días libres y la otra laboraba 3 días 12 horas con 4 libres) y le pareció una experencia muy satisfactoria porque le permitía pasar más tiempo con su familia. En la foto (de izquierda a derecha) su esposa, Laura Rojas y sus hijos Sergio, Luciano y José Manuel. | ALEXÁNDER CARAVACA
A favor y en contra. Shirley Saborío, directora ejecutiva de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), explicó que según el Indice de Libertad Económica 2012 Costa Rica ocupa el lugar 84 de un total de 142 en materia de rigidez de la normativa laboral.
“Uccaep en su agenda de desarrollo ha señalado que Costa Rica requiere una normativa moderna que responda a los requerimientos actuales y que brinde opciones al sector empresarial, que es el gran empleador en el país, para enfrentar los retos de una economía globalizada, sin que ello represente una desprotección de los trabajadores”, señaló.
Roy González, delegado de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) ant Ministerio de Trabajo, explicó que se oponen a los proyectos porque consideran que va en detrimento de los trabajadores.
Citó como ejemplos que los planes le dan potestad al patrono para modificar el contrato laboral, esté o no el trabajador de acuerdo y además le podrían reducir la jornada y el salario.
El viernes pasado La Nación consultó en facebook la opinión de los lectores sobre la flexibilidad de las jornadas, que ya se aplica en el país, y se generaron 274 comentarios.
Entre los comentarios a favor se encuentran: se puede dedicar más tiempo a la familia y a la universidad, hay un menor gasto en transporte, se viaja con menos presas, ayuda a combatir al práctica en las empresas de trabajar más de 8 horas sin pagarlas.
En contra los argumentos fueron: deterioro en la salud, muy cansado, no se puede aplicar en todas las actividades y sería un portillo para que las empresas burlen los derechos de los trabajadores.
El ministro de Trabajo, Olmán Segura, opinó que el tema debe discutirse pues hay muchos trabajadores deseosos de estas opciones.
“Debe haber una discusión sobre este tema, que logre una concertación para valorar si lo establecido en nuestras leyes a mediados del siglo pasado, cumplen las expectativas actuales de todos los sectores sociales o si por el contrario se requiere hacer un replanteamiento. No hacer esto, es cerrarse a una realidad que demanda cambios constantes”, señaló el Ministro.
Los planes retoman importancia en momentos en que la economía se desacelera y uno de cada 10 trabajadores está desempleado.
Tomado de La Nación
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McDonald’s colocará información calórica de sus productos en el menú
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