Por: Francisco José Masís Holdridge, Economista.
No hay nada más largo que un domingo sin plata, así que imagínese tener buena salud, y todo el día libre, siete días a la semana, cincuenta y dos semanas al año, para hacer lo que usted quiera, cuando usted quiera, cómo usted quiera… pero sin dinero para irse de viaje ni para ir al cine y ni siquiera a la pulpería de la esquina.
Y es que más un tercio de los que actualmente cotizan no tienen siquiera 30 años. Ante esta situación de incertidumbre a largo plazo, en la que les falta más del doble de su edad para tocar la pensión, la interrogante que tienen muchos trabajadores es si el seguro de la CCSS alcanzará para cuando les llegue su momento de retiro.
“Los cambios que se han hecho, van en contra de la sostenibilidad del régimen” nos indica Edgar Robles, de la Superintendencia de Pensiones. Por lo que la preocupación de los profesionales de menos de treinta, y aún la de aquellos más cercanos a la edad de la pensión, tiene cierto grado de justificación.
Tres Pilares
Hay que recordar que nuestro sistema de pensiones es un esquema de tres pilares. En el peor de los casos, ante una quiebra de la CCSS (lo cual es, a pesar de todo improbable, según los especialistas) estaríamos ante una afectación sobre solamente uno de los pilares de la pensión.
El pilar formado por el seguro solidario, es el que genera preocupación hoy. La solidaridad de las futuras generaciones, podría no alcanzar para cubrirnos a todos nosotros. A pesar de que estas nuevas generaciones tienen mayor preparación e ingresos mayores a la de sus antecesores, la disminución en la natalidad carga sobre la solidaridad de cada uno de ellos, una mayor cantidad de pensionados, en promedio, y los avances en las técnicas médicas y en los conocimientos sobre salud que promueven el ejercicio, la buena nutrición y dejar el fumado, provocan que estas generaciones también tengan una mucho mayor expectativa de vida, lo cual genera presiones sobre el sistema solidario.
El seguro solidario se ve complementado por el Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias, y por el sistema de pensión voluntaria. Ambos regímenes están bajo la supervisión de la Superintendencia de Pensiones cuyo fin es ayudar a proteger los fondos de nuestras pensiones, en estos dos pilares. Los cuales, dicho sea de paso, parten del principio de que al final de la vida se recibe tanto cómo se haya aportado, más la rentabilidad que esos fondos hayan generado durante todo ese tiempo.
Si todo lo demás falla, con este sistema podríamos vivir cómodamente… ¿pero a qué precio?
Pilar Voluntario
Suponiendo que usted tiene 30 años y va a vivir 88 y no va a recibir ningún monto de la pensión de la CCSS, usted debería ahorrar desde hoy aproximadamente el 36% de su salario en el fondo de pensión voluntaria, para pensionarse con el 100% de su ingreso actual.
Claro está, esto significaría que usted viviría toda su vida de trabajo con poco más del 60% de sus ingresos (ya que el resto se tendría que guardar) mientras que al momento de la pensión finalmente tocaría la totalidad del ingreso que había recibido. Sin embargo, ese ingreso adicional al momento de la pensión (lo que ya no tiene que ahorrar), es necesario, no para sobrevivir, sino para algo mucho más importante: calidad de vida.
Y en ese momento de descanso después de una vida de arduo trabajo, requiere aún más recursos de los que ha manejado nunca antes, para disfrutar viajando, o realizando todo tipo de actividades, en especial esas que pospuso para cuando tuviera tiempo y dinero. Llegar a tener todo ese tiempo y no tener dinero para realizar esas actividades que tanto quería hacer, podría ser inconveniente, por decir lo menos.
Además, siempre existe el peligro, de que usted termine viviendo más de lo que las operadoras calculan que usted podría vivir (88 años según BAC Pensiones). La medicina moderna, los conocimientos sobre salud, una buena nutrición y ejercicio frecuente, podrían derivar en que su esperanza de vida aumente y en esta condición de incertidumbre, siempre es bueno ahorrar un poco más de lo estrictamente necesario. Después de todo, es mejor que le sobre dinero al final de la vida, a que le sobre vida al final del dinero.
Soluciones de hoy
Desafortunadamente, son pocos los que en la economía actual, pueden simplemente, desde los 30 años vivir toda su vida con sólo el 60% de sus ingresos. Por otra parte, los escenarios de una desaparición completa de la CCSS podrían ser algo dramáticos, ya que siempre se pueden adoptar medidas para evitar que esto suceda.
Una de ellas, puede ser empujar la edad de retiro. Empezando claramente con la eliminación de toda posibilidad de adelantar la edad de la pensión, (la edad de pensión actualmente es de 65 años, sin embargo aún existe la posibilidad de adelantarla) según nos indica el Superintendente de Pensiones Edgar Robles, sin embargo también podría ser conveniente dejar la puerta abierta a la ampliación del tiempo de trabajo antes del retiro.
Esto le solucionaría a usted dos problemas. Por una parte, se recibiría una mayor cantidad de aportes dado que las personas cotizarían durante un mayor periodo de tiempo, y por otra parte le resolvería el problema de qué hacer con su tiempo desde los 65 años hasta los… hasta los que vayan a ser finalmente.
Hay otra serie de medidas que se pueden implementar inmediatamente y ampliarlas conforme se avance con los estudios que la Superintendencia de Pensiones requiere, incluyendo cruces de bases de datos con Hacienda, INS, Migración, para disminuir la evasión y mejorar la recolección de fondos.
Planifique
Algo en lo que sí insiste José Manuel Arias, Gerente de Bac Pensiones es que independientemente de si la CCSS logra o no sobrevivir otras tres décadas, debe recordar tener un plan para cuando finalmente el tiempo lo alcance en esta carrera por la vida.
Los fondos voluntarios son una opción que libera de impuestos los aportes de hasta el 10% del salario, lo cual se convierte en un extra de rentabilidad inmediata, y por ello la mayoría de los clientes de pensiones voluntarias ahorran hasta el 10% de sus ingresos. Sin embargo, puede tener otros tipos de planes para el retiro. Puede construir viviendas para alquilar y vivir de los alquileres, puede poner su dinero en la Bolsa de Valores, ser inversionista de proyectos innovadores, acumular piezas de arte con gran valor en el tiempo, manejar antigüedades, autos clásicos, billetes de colección y muchas otras cosas.
Pero lo importante, es que se prepare, de una u otra manera, porque lenta e inexorablemente el tiempo corre y un día tendremos que sentarnos a descansar… y cuando llegue finalmente ese momento, lo mejor es estar preparados.
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