Hay que admitirlo, hoy en día existe una aplicación móvil para cualquier cosa que se nos ocurra: juegos, música, fotografía, productividad, lo que sea, todo se puede encontrar en las tiendas de estas aplicaciones. Aparte de esto, no solo la variedad de estas aplicaciones ha crecido exponencialmente sino que también ha surgido el gran fenómeno de las “aplicaciones gratuitas”.
Pongo esas comillas porque todos sabemos que en este mundo nada es gratis. Claro, bajar la aplicación desde su dispositivo móvil y usarla a un nivel básico no tiene precio alguno y muchas personas encuentran lo básico de estas aplicaciones ser lo suficiente para lo que quieren o necesitan.
Sin embargo, el truco de estas aplicaciones gratis radica en que están repletas de anuncios y publicidad en cada rincón de la aplicación y el concepto de una experiencia fluida con tales aplicaciones se pierde totalmente. Es bastante molesto utilizar una aplicación y que cada cierta cantidad de tiempo aparezca una ventana sorpresiva que cubre la mayoría de la pantalla promoviendo otra aplicación o producto.
Pero, ¿cómo se logra eliminar toda esta publicidad y tener una mejor experiencia con estas aplicaciones? Muy sencillo, hay que comprar la versión completa de la aplicación o bien pagar un monto mensual para que desaparezcan.
Es decir, lo que tenemos al final entonces es una mafia digital.
Ahora, del lado de los dueños de estas aplicaciones y de las organizaciones o individuos que buscan anunciar sus productos o servicios por estas aplicaciones, siempre va a haber algún tipo de ganancia, de ser que los usuarios decidan eliminar los anuncios o no. Impresionantemente, según la compañía de innovación publicitaria en medios digitales, Appssavvy, la publicidad en las aplicaciones es 11.4 veces más efectiva que los típicos anuncios de banner en páginas web, lo que se traduce a más ventas.
Este gran éxito ha sido tan impactante en la industria que hasta el mismo Google ha creado la opción para desarrolladores de promover sus aplicaciones adentro otras aplicaciones por un costo mínimo de 1 centavo de dólar por clic, mientras el costo promedio por clic de anuncios en Facebook es de 80 centavos de dólar. Por encima a esta inmensa diferencia hay que agregarle lo que se mencionó anteriormente en la publicación “Páginas web responsivas en el mundo del Internet móvil”, que indica que los medios digitales está migrando del escritorio a las palmas de las manos.
Con toda esta información, se comprueba de nuevo la trayectoria que está tomando esta industria y cómo se tiene que aprovechar de cada innovación y técnica de mercadeo al máximo. La publicidad en aplicaciones móviles no es ninguna excepción a esta regla y, por molesta que llegue a ser para los usuarios, es indiscutible que es sumamente eficiente y cumple con el propósito primo del mercadeo, vender a como dé lugar.