En un mundo laboral cada vez más competitivo y en el que no solo basta con tener licenciaturas o maestrías y hasta hablar dos o más idiomas, las empresas están valorando sobremanera las habilidades blandas de sus futuros colaboradores y colaboradoras.
Eso significa que ponen especial atención a la personalidad y la naturaleza del individuo como, por ejemplo, capacidad de liderazgo, empatía, sentido común y habilidad para negociar y comunicarse adecuadamente, entre otras.
Y estas cualidades en ingenieros, diseñadores y programadores son altamente valoradas en el sector de la Fintech, indicó Johnny Robles, director de Tecnología de Impesa, firma ubicada en Costa Rica y que desde el 2013 desarrolla soluciones y herramientas que otorgan ventajas competitivas al sector financiero.
En Impesa labora un grupo de estos profesionales (hombres y mujeres) que ha echado mano de sus habilidades blandas a la hora de proponer ideas, esbozar estrategias y desarrollar programas y que, junto con su conocimiento y destrezas, han lanzado al mercado financiero productos innovadores como Kipo, Monibyte, Brainert y Layla.
¿Qué se valora?
Según Robles hay habilidades claves para garantizar el éxito profesional en las Fintech. Por ejemplo:
Atención a los detalles: un profesional de las Fintech que no preste atención a los detalles (por ejemplo, en el proceso de escritura de códigos) es improductivo. La falta de esta habilidad se refleja en aquellos que escriben un código desordenado, sin comentarios y no implementan las medidas de seguridad adecuadas para garantizar la integridad del software.
Capacidad de aprender temas complejos de una forma rápida y eficiente: no solo se debe tener capacidad de autoaprendizaje, sino que esta debe ser rápida y eficiente. No es apto quien quiera aprender por sí mismo o misma si tarda demasiado tiempo en asimilar la información. Esta capacidad debe ser eficiente; se debe tener un sistema probado para poder desarrollarse rápido en el proceso.
Capacidad de autoaprendizaje: un buen ingeniero, programador o diseñador está en capacidad de aprender nuevos lenguajes, nuevas tecnologías sin necesidad de que le den su capacitación o de responsabilizar a otros por su educación. En la era de la información libre y democratizada el que no sea capaz de autoeducarse continuamente no será exitoso o exitosa.
Capacidad de síntesis: el mundo está lleno de información inútil y es fundamental tener la capacidad de poder sacar lo verdaderamente valioso del mar de ruido en el que se está sumergido. El trabajo de estos profesionales es encontrar las soluciones a problemas difíciles en medio del caos del mundo.
Comunicación verbal y escrita: un buen ingeniero, programador o diseñador, hombre o mujer, debe estar en capacidad de comunicar sus ideas (por lo general conceptos complejos) de forma concisa y clara, tanto verbal como en forma escrita. Esto es fundamental porque mucho del trabajo implica el intercambio de información con colegas, documentación de procesos y soluciones y en algunos casos posiciones de liderazgo en los cuales es fundamental poder comunicarse bien.
Concentración y foco: este concepto es cada vez más importante y es la capacidad de poder concentrarse por largos espacios de tiempo para poder dominar temas que aporten verdadero valor, temas complejos que requieren de trabajo intenso sin distracciones. Un verdadero profesional de las Fintech debe estar en capacidad de realizar trabajo profundo de forma diaria, si no se perderá en el mar de tareas sin importancia en los que la mayoría pasa ocupada u ocupado sin causar un verdadero impacto.
Curiosidad: un buen programador, diseñador o ingeniero siempre tiene apetito de conocimientos. Hasta que no conoce el problema en profundidad no se detiene de trabajar y esto le permitirá adquirir el conocimiento y habilidades para entender cualquier tecnología subyacente.
Orden y disciplina: Al manipular conceptos complejos, el orden y la disciplina permiten eficiencia y claridad mental. El exterior es un reflejo del interior.
Trabajo en equipo: el trabajo en equipo es la piedra angular de la productividad de una empresa, sobretodo en una dedicada al desarrollo de software o tecnologías. Los días del profesional solitario «súper héroe» o “súper heroína” quedaron atrás hace bastante tiempo. Sin trabajo en equipo no es posible alcanzar éxito sostenido y acelerado.
“Es importante que los futuros profesionales que desean insertarse en el mercado de las Fintech tengan muy presente que hay complejidades cuyas soluciones requieren la aplicación o puesta en práctica de esas habilidades blandas, de comprensión y aplicación a partir del sentido común, el discernimiento, el orden y el trabajo en equipo. No solo hará que se maximicen los esfuerzos, sino que se minimizarán los riesgos y hasta las pérdidas de tiempo y dinero de cualquier compañía”, acotó Robles.
Heilyn Gomez
Editora de contenido digital de la Revista EKA. Periodista. Asesora de comunicación y estudiante de derecho.