Socios ComercialesEl iPhone 5 no mata; los cargadores de imitación tal vez sí

Fuente: www.eleconomista.es “Una joven china muere electrocutada por su iPhone 5″. Como cualquier otro incidente relacionado con el teléfono móvil de Apple, el titular ha saltado de inmediato a las portadas de los medios de aquí, tan ansiosos por sacarle defectos a la firma y sus productos como abducidos por el uso de los mismos. Supuestamente, Ma Ailun, una joven de 23 años de la región de Xinjiang que trabajaba como azafata de vuelo de la...
Yajaira Chung11 años ago15967 min

Fuente: www.eleconomista.es “Una joven china muere electrocutada por su iPhone 5″. Como cualquier otro incidente relacionado con el teléfono móvil de Apple, el titular ha saltado de inmediato a las portadas de los medios de aquí, tan ansiosos por sacarle defectos a la firma y sus productos como abducidos por el uso de los mismos. Supuestamente, Ma Ailun, una joven de 23 años de la región de Xinjiang que trabajaba como azafata de vuelo de la compañía China Southern Airlines, falleció debido a una descarga eléctrica recibida mientras utilizaba su iPhone 5 conectado al cargador de batería. Las autoridades chinas investigan el caso, la familia de la difunta exige explicaciones y Apple manifiesta sus condolencias. Pero en realidad, lo menos probable es que fuera el iPhone el causante de la desgracia.

La simple mención del cargador debería haber bastado para moderar la alarma. El iPhone 5 está equipado con una batería de 1.440 mAh de capacidad, que proporciona una tensión de 3,8 voltios. Aunque se sabe que el riesgo de electrocución no depende de la tensión sino de la intensidad -y que ésta puede ser más letal para las mujeres que para los hombres, debido a la menor masa muscular de las primeras- es prácticamente imposible que el teléfono por sí solo proporcione una descarga suficiente para matar a una persona.

Por lo tanto, la fuente de la descarga mortal debe de encontrarse en el cargador, que transforma la tensión alterna de la red eléctrica doméstica -en China es de 220 V y 50 Hz, la misma que aquí- en la tensión continua, estabilizada y mucho más baja, que se utiliza para alimentar la electrónica del teléfono. En el interior hay una fuente de alimentación conmutada, un circuito electrónico que permite usar un transformador mucho más pequeño que los convencionales porque trabaja a una frecuencia más alta que la de la red eléctrica y admite diversas tensiones y frecuencias de entrada, pero que también eleva la tensión en el interior hasta los 340 voltios, haciendo aún mayor el riesgo de accidente en caso de defectos de diseño o de fabricación.

Naturalmente, podría tratarse de un cargador original de Apple que saliera defectuoso; en el año 2009, Sony tuvo que sustituir más de 60.000 cargadores de sus ordenadores portátiles VAIO porque descubrió que podrían llegar a producir descargas. Y la propia Apple tuvo que retirar en 2008 una serie de cargadores de iPhone porque las clavijas eléctricas se desprendían de la carcasa. Pero es infinitamente más probable que la tragedia de Xinjiang sea fruto del uso de un cargador no original. Apple factura cada año más de 5.000 millones de euros en accesorios, entre los de marca propia y los derechos que percibe de terceros por el uso de los nombres ‘iPhone’, ‘iPad’, ‘iPod’ y ‘Mac’, de modo que hay montones de fabricantes que quieren sacar tajada de ese sustancioso mercado, y muchos de ellos son muy poco escrupulosos.

En este sentido son muy reveladores los despieces de un cargador original de Apple (unos 30 euros) y uno de bajo coste (comprado en eBay por 2,5 euros) que realizó Ken Schriff en mayo del año pasado, y donde se aprecia claramente que comprar barato puede salir muy caro. Les ahorro los detalles técnicos de las diferencias y me limitaré a dos datos: en el cargador de imitación, el transformador está bobinado con hilo de cobre estándar -en el de Apple lleva triple aislamiento- y las diversas capas están separadas por una sola capa de material aislante; y en algunas zonas del circuito electrónico, la distancia que separa la ‘alta’ tensión de entrada y la ‘baja’ tensión de salida no supera el milímetro, cuando las normas internacionales de seguridad eléctrica especifican que debe ser de al menos cuatro milímetros y en el cargador de Apple es de seis milímetros. En pocas palabras, usar un cargador no homologado es jugar con fuego.

 

Yajaira Chung

Periodista, MBA. Directora de Grandes Empresas y Revista EKA


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