A pesar de la creciente demanda del sector energético en Costa Rica, no es clara las dirección que el estado desea tomar para prevenir faltantes de energía para los próximos años.
Mas allá de haber declarado a ciertos proyectos hidroeléctricos de interés nacional, la visión de mediano plazo en cuanto al abastecimiento de energía es inquietante.
Ante esta circunstancia el mismo sector privado ha tomado la iniciativa buscando métodos alternativos de generación eléctrica, sin embargo, tal y como nos lo explicó el Diputado Alfonso Pérez Gómez del PLN, aunque existen proyectos para permitirle al Instituto Costarricense de Electricidad comprarle al sector privado sus excedentes de generación eléctrica en buenas condiciones, aún no se ha llegado a una situación en la que el excedente del potencial de generación eléctrica que tiene el sector privado no se desperdicie, obligando al país a generar electricidad cada vez más por la quema de combustibles fósiles (cuyos precios según se ha visto en los últimos años, es volátil).
Un ejemplo de ese problema nos lo explica la Ing. Dora Acuña Rodríguez, Subgerente de Gestión de Sistemas de la GAM, quien nos explica cómo el potencial de generación eléctrica que el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados tiene en las fuentes desde donde recolecta el agua para consumo humano, se desperdicia por la falta de una legislación adecuada.
En la otra cara de la moneda se encuentra el señor José María Blanco R., Director Regional de BUN-CA, una ONG que se enfoca en la eficiencia energética.
El problema no es que no podamos generar suficiente energía, es que no podamos generar suficiente energía para el aumento en el consumo que estamos teniendo.
Generar más es una solución. Sin embargo, consumir menos también es posible. La eficiencia energética, tanto a nivel micro como macro es una oportunidad de negocio.
El sector industrial y de servicios que consume, en sus procesos productivos, grandes cantidades de energía, podrían generar grandes ahorros si se invirtiera en obtener eficiencia energética. Tomando como ejemplo un pequeño hotel de playa, con políticas de eficiencia energética en los sistemas de aire acondicionado (sin considerar eficiencia energética en ningún otro sistema) pueden generar un ahorro en consumo eléctrico de hasta US$ 2.620 al año.
Empresas mayores con mayor consumo eléctrico pueden generar ahorros significativamente mayores. Si, por otra parte, lo que se desea, es disminuir significativamente la demanda nacional de electricidad, una serie de esfuerzos del estado orientados a aumentar la eficiencia energética del país, podría llevar a una disminución significativa de la demanda de electricidad.
Un ejemplo de este tipo de políticas son los incentivos para cambiar los bombillos tradicionales por bombillos fluorescentes o los incentivos a la población para reemplazar viejos refrigeradores por nuevos con tecnologías que requieren menos consumo eléctrico.
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