Cuando en el 2007, se lanzó la meta de convertir a Costa Rica en un país carbono neutral para el 2021, se veía como una meta muy lejana en tiempo (2021) y también aspiración.
Artículo de opinión Por: Ernesto Moreno G., Presidente de la Cámara de Generación Distribuida
Pese a la duda de su factibilidad, muchos nos enfocamos en imaginar futuros posibles que lograran llevarnos a ese destino y trabajamos en importantes aventuras, algunas exitosas y otras no, para buscar que así fuera. Sin embargo, nos faltaba algo que no nos era posible resolver: tecnologías claves para atacar los sectores más problemáticos como movilidad eléctrica, generación fotovoltaica, y almacenamiento en baterías daban pasos acelerados, pero no estaban en su periodo de factibilidad económica.
Es así como al fin nos llega el 2021, con una fuerte deuda cercana a los 10,000,000 de toneladas de CO2 equivalente que necesitamos reducir, pero con muy buenas noticias en varios frentes.
Nuestro sector más contaminante, el transporte, tiene acceso ya a un marco regulatorio adecuado a través de la Ley N° 9518, de Incentivos y Promoción para el Transporte Eléctrico, e importantes esfuerzos para lograr cambiar nuestro modelo de transporte como el tren eléctrico de pasajeros de la GAM comienzan a avanzar.
De igual manera, cambios en el tejido industrial del país, mejoras en la eficiencia y la incorporación de Generación Distribuida nos han permitido cancelar proyectos que nos alejarían de nuestra meta, pero que eran necesarios en su momento como el Proyecto Hidroeléctrico El Diquis, trayendo importantes ahorros, ya que no se deberán invertir los $3600 millones presupuestados para esto.
Sin embargo, estas rutas de avance requieren de una seguridad jurídica en sus principales tecnologías de soporte, como la generación solar y el almacenamiento en baterías, de manera que seamos todos los costarricenses de acuerdo con nuestras capacidades los que realicemos las inversiones necesarias, para realizar estas conversiones.
De no darse esto, podemos estar a las puertas de un revés, el cual será sólo responsabilidad nuestra. No nos falló la tecnología, nos habrá fallado el sentido común y la decisión de anteponer el beneficio colectivo al beneficio de unos pocos.
Es urgente la firma por parte del Sr. Presidente de la República del decreto de Generación Distribuida, el decreto para la importación de Baterías, y finalmente la convocatoria del proyecto de Ley 22009 para la Promoción y Regulación de los recursos energéticos distribuidos a partir de fuentes renovables.
Y así, nuestra Costa Rica pujante económicamente y CO2 Neutral se convierte en una meta alcanzable.