Según un estudio elaborado por la Universidad de Maryland en Estados Unidos, los trabajadores se sienten mucho mejor si pueden escuchar una música suave de fondo mientras trabajan.
Los beneficios de escuchar música mientras se trabaja son muchos y muy notables. Uno de los de mayor peso es la notable reducción de la sensación y del padecimiento de estrés temporal o crónico, pues con la música en la oficina se logra evitar concentrar la atención auditiva a otros ruidos más molestos.
Con la música en la oficina, también se logra mantener estable el sentido del humor, el bienestar de cada persona y las ganas por ofrecer calidad y productividad en su puesto.
Otro de los puntos que más destacan varios profesionales es que la música fortalece las relaciones personales y profesionales, fomentando una comunicación más sólida y fluida entre las partes.
La música también hace que una persona sienta mayor confianza en sí misma y, por tanto, su actitud se verá favorecida para desarrollar cualquier actividad o relación empresarial, según el estudio mencionado.
Con una suave música de fondo, mejora el sentido del humor e incluso, los trabajadores se sienten mejor con ellos mismos.
Por otra parte, la sensación de rutina es mucho menor en un entorno agradable, ya que, cuando una persona siente más ganas de dar lo mejor de sí misma, la rutina laboral no se hace tan pesada.
El cambio en la melodía es también un síntoma de cambio en la mente y en las emociones de los trabajadores. Ese estado de ánimo se muestra de una forma favorable en las relaciones entre los compañeros de trabajo, en la atención al cliente y en la ilusión con la que un trabajador acude a la oficina. Por ello, en la medida en que se crea un entorno de bienestar y de alegría, los trabajadores también están mucho mejor consigo mismos.
La música clásica es una buena opción para poder tener un buen nivel de relax. Pero en los momentos en los que hay que realizar gestiones que requieren de una gran concentración, es mejor trabajar en un silencio total para poder poner la mente en la función que toca.
Por tanto, no se trata de que haya música constantemente, es suficiente con poder escucharla durante un tiempo o momentos esporádicos, puesto que también la mente puede llegar a sentir cansancio o fatiga al centrarse en melodías de forma constante.
En momentos de mayor intensidad laboral, se agradecerá, puesto que ayuda sustancialmente a la productividad. Gracias a escuchar activamente melodías repetitivas, la persona se acostumbra enseguida a realizar una gestión más eficaz.
En definitiva, escuchar música en el trabajo es más una opción de la empresa que una actitud personal. Por ello, cada trabajador debe seguir el criterio general de la empresa.
Heilyn Gomez
Editora de contenido digital de la Revista EKA. Periodista. Asesora de comunicación y estudiante de derecho.