Tres restaurantes se salieron del molde e idearon una forma distinta de llevar a sus clientes a una experiencia culinaria única.
Cada día los clientes son más exigentes, y en ellos existe un mayor análisis comparativo sobre la experiencia gastronómica y una mayor relación de calidad precio.
Tres nuevos conceptos abrieron sus puertas como una nueva opción en el ajetreado San José. Tres formas distintas de ver los negocios y de llevar al comensal a un momento íntimo entre el servicio, la energía del lugar y el deseo de salir satisfecho y deseoso de volver. Hablamos de Apotecario, Club Café, y La Granja, los dos primeros restaurantes ubicados en Escalante y el último en el sector de Pavas.
¿Cuál es el denominador común de estos tres locales? Los dueños coinciden en: Ser diferentes. Marcar una diferencia y tener identidad en el concepto culinario que prometen.
Apotecario: el arte de la creación constante
Apotecario es un espacio de creación constante. Su nombre recuerda a esa persona que tiene como oficio la ciencia farmacéutica y tiene conocimiento sobre medicamentos y remedios. Esa es la manera en que ellos crean cada uno de sus platillos, sus cervezas y kombucha (bebida probiótica fermentada que en el restaurante se vende gasificada).
Apotecario está al mando de cuatro jóvenes profesionales: Wendy Jiménez, Federico Zamora, Esteban Zamora y Catherine Smart, y su propuesta se basa es sandwich y ensaladas, pero además venden conservas y mermeladas, de todo tipo de verduras y frutas.
Catherin Smart, socia propietaria detalló que desde su apertura ofrecen a sus clientes entre otras propuestas gastronómicas, una línea de “comida viva” o raw food, un concepto de alimentación en tendencia que mantiene la naturaleza de los compuestos bioquímicos de los alimentos.
“En Apotecario utilizamos ingredientes que le compramos a familias productoras, y otros los traemos de nuestra propia finca orgánica en Cartago, esto lo que nos garantiza es que todos los alimentos sean frescos o en su defecto que tengan algún proceso de conservación”, comentó Smart.
Por su parte, otro de los socios, Esteban Zamora afirmó que esta ha sido una experiencia enriquecedora, tanto para él como propietario de la cervecería Calle Cimarrona, como para su socia quien creó la empresa productora de las kombuchas, Wild Brews Costa Rica
La comida de la abuela
Club Café es un nuevo concepto de restaurante con el verdadero sabor de la culinaria costarricense. Entre todos los restaurantes en Escalante, este negocio de comidas, liderado por los chefs Alexander Guzmán y Daniela Quirós, se salieron del formato convencional para ofrecer a sus clientes una experiencia culinaria con sabor a tradición.
“Aquí nosotros valoramos los ingredientes tradicionales y los platillos que todos por lo general comimos en nuestras casas o con nuestras abuelas. Rescatamos también esos sabores que ya casi no se encuentran en los restaurantes.
Además, sacamos de nuestro tiempo para recorrer el país y conocer lo que se come en otras partes fuera de la capital y después de probarlos, los incorporamos a nuestro menú”, confesó el chef con experiencia en gastronomía italiana y costarricense.
Opciones como picadillo de arracache, frijoles tiernos con cerdo, tortilla de maíz cascado con natilla, picadillo de quelite (raíz del chayote) y olla de carne con tacaco, son parte de los platillos del menú de este pequeño restaurante.
Además, Guzmán destacó que todos los fines de semana viernes y sábado en horas de la noche tienen el servicio de “cerveza y boca” al mejor estilo de las cantinas de pueblo que muchos recuerdan, pero que ahora pocos pueden disfrutar.
Propuesta 100% libre de gluten
Rodrigo Apéstegui, empezó vendiendo verduras y frutas hace 19 años, y en la actualidad, en ese mismo local opera el único restaurante con una propuesta gastronómica totalmente libre de gluten llamado La Granja Comidas típicas.
¿Libre de gluten? Parece arriesgado porque encarecería los precios; sin embargo, Apéstegui afirma que han hecho algunas decisiones importantes para continuar ofreciendo un menú completo de platillos típicos costarricenses libres de gluten y a un precio competitivo y al alcance de los clientes.
“La comida es un negocio muy particular porque cada persona tiene su propia percepción de lo que es bueno, dependiendo de sus gustos y costumbres, tratar de complacer la mayor cantidad de personas con gustos y crianzas tan variadas es siempre el reto del día a día.
Estamos siempre atentos a los comentarios y sugerencias de nuestros clientes, mejorando nuestros ingredientes y nuestro servicio por lo que apuntamos a mejorar la calidad de la experiencias de nuestros clientes”, comentó Apéstegui.
Este restaurantero asegura que el ofrecer un menú completo libre de gluten también tiene sus retos, y para mantenerse en la preferencia de los clientes idearon platos de temporada, como ocurre con la semana caribeña y otras zonas del territorio nacional.
Por: Efrén López.
