En el jardín del kínder Bellelli hay un arbusto de moras. Tiene moras pero también tiene espinas, a su alrededor están los niños jugando y recibiendo clases. Ningún niño se acerca a tomar las moras, todos saben que al coger una mora se podrían punzar y prefieren no hacerlo.
Bellelli utiliza una metodología llamada Reggio Emilia, que nace en 1945 el norte de Italia en una ciudad que lleva el mismo nombre. Después de la Segunda Guerra Mundial, Loris Malaguzzi, un joven profesor se unió a los padres de esta región para prestar servicios de guardería, motivado por la necesidad de que las mujeres vuelvan a la fuerza de trabajo.
El sistema Reggio parte del niño como protagonista y respeta cada etapa de aprendizaje que vive. De esta manera se enfoca mucho en el manejo de emociones, desarrollo de habilidades blandas y en despertar provocaciones en los pequeños. El rol del profesor es de investigador y guía de las experiencias de los niños, no es un profesional que le dice al niño qué hacer sino que lo motiva a explorar y desarrollarse.
Reggio se diferencia del Montessori principalmente en el uso de los materiales. ¨María Montessori crea el método para niños con necesidades especiales con los que ella trabajaba en un hospital. El material Montessori tiene una finalidad de uso con los niños. La principal diferencia con Reggio está en el uso de los materiales y en el derecho de los materiales de convertirse en muchas cosas¨ explicó Karla Staton, co directora de Bellelli.
Por eso en Bellelli no hay un play tradicional, no hay juguetes sino materiales en bruto que se pueden transformar, las aulas no tienen suficientes sillas para todos los niños y la clase fluye en dos idiomas sin necesidad de tener una clase específica de inglés o de español. ¨Es pensar en cómo crecieron en nuestros abuelos, una generación muy emprendedora, crecieron ensuciándose las manos, experimentando y se trata de volver a eso porque eso funciona. Ahorita se ha creado una competencia de quién sabe qué y más rápido y ¿para qué?¨
¨Desde el punto de vista del desarrollo cerebral, es imposible tener a 12 niños sentados en el mismo lugar e interesados por lo mismo en el mismo momento. Es una edad donde son nómadas, por eso en nuestras aulas no hay suficientes sillas para todos los niños¨ Karla Staton, co directora de Bellelli.
De acuerdo con Staton, con Reggio se respetan los procesos que atraviesa cada niño de los 0 a los 6 años y todos los procesos se documentan y se registran. En cada actividad se fomenta la autorregulación, el control de la frustración, la democracia, el respeto, entre otros.
La tecnología está limitada. Antes de los dos años los chicos tienen cero exposición a pantallas y en los mayores de dos años se utiliza para hacer investigación de manera supervisada.
Con los niños cercanos a edad escolar se comienza a trabajar en una transición con actividades y ejercicios para que se adapten a la cola tradicional de la mayoría de los colegios.
