Hace 20 años se abrió la primera K-baña en Zapote, el bar-restaurante ha logrado mantenerse vigente en el mercado de entretenimiento con una oferta que combina, música, videos y comida, sin embargo crecer y expandirse es un reto en medio de la labor de administrar y gerenciar el negocio.
Sus propietarios Otto Chaves y Alexander Morales optaron por la franquicia como estrategia de expansión. Recién obtuvieron la certificación de franquicia por parte del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y ahora analizan zonas fuera del GAM, así como el ingreso a otros países de Centroamérica y Panamá.
De acuerdo con Otto Chaves, co propietario de la K-baña la estrategia detrás de la franquicia resulta atractiva para lograr la expansión de manera rápida y fluida. Sin un sistema de franquicia la expansión sería muy lenta.
Chaves comentó que han tenido acercamientos para aperturas en Liberia y San Carlos. Actualmente son seis bares restaurantes ubicados en el GAM que ofrecen unos 70 platillos. Buscando nuevos nichos fuera del licor, K-baña iniciará con un plan piloto de almuerzos y bebidas naturales en Zapote donde todo comenzó, le seguirá Rohrmoser y poco a poco se unirán los seis.
La idea es capturar clientes en horarios variados y desligados al consumo de licor. Si bien el fuerte del negocio permanece en su oferta nocturna, Chaves asegura que situaciones del entorno como la Ley de Fumado han tenido un fuerte impacto en las operaciones del negocio sobre todo en aquellos puntos como los centros comerciales en los que el cliente debe salir no solo del bar sino de las instalaciones del centro para poder fumar.
Esto ha provocado situaciones que van desde la salida de clientes sin pagar la cuenta, molestia e insatisfacción, hasta situaciones de inseguridad como asaltos. El segundo semestre será clave para el desarrollo de nuevos negocios y planes de expansión de la K-baña.