En la Asamblea Legislativa existen varios proyectos de ley que apoyaría, en el proceso de reactivación económica en Costa Rica, tales como educación dual, teletrabajo y flexibilización de jornadas, específicamente la jornada 4×3.
Esta jornada consiste en trabajar 12 horas consecutivas durante 3 o 4 días, por ejemplo de 6.00 a.m. a 6.00 p.m., tomando como descanso el resto de la semana. Es decir, se trabajan 3 días y se descansan 4 o viceversa.
Esa es una recomendación de algunos expertos en Derecho Laboral. Sin embargo, sugieren aclarar algunos puntos de la propuesta de ley 21.182, el cual reformaría los artículos 136, 142, 144 Y 145 del Código de Trabajo, sea aprobado para actualizar las jornadas de trabajo y resguardar los derechos de las personas trabajadoras.
Rolando Perlaza, especialista en Derecho Laboral de Nassar Abogados, asegura que la generalización de las jornadas 4×3 colaborarían en la reactivación económica del país, dando mayores espacios de adaptación y acción al sector empresarial y sin lesionar los derechos laborales de los colaboradores.
“Se entiende que ese proyecto busca atraer mayor inversión extranjera que impacte directamente en mayores fuentes de empleo. Las jornadas 4×3 permiten a las empresas satisfacer picos de demandas de manera continua, poder atender temporadas altas de su negocio en especial en aquellos servicios que por su naturaleza no pueden o no deben ser interrumpidos o que ofrecen servicios en el extranjero desde Costa Rica en horarios diversos”, explicó Perlaza.
El experto añadió, que además dichas jornadas permitirían “mayor competitividad de las empresas y maximizar eficiencia al tener a sus colaboradores en jornadas ampliadas que puedan darle mayor continuidad a sus funciones y servicios y evitar que se interrumpan o se reduzcan a fracciones cortas de tiempo diarios, que interrumpen el servicio al cliente final o en algunos casos pueden resultar ineficientes”.
“Valga la aclaración que el proyecto de ley señala que no se trata de laborar 12 horas diarias con jornada extraordinaria fija, sino de extender la jornada ordinaria, por ejemplo en el caso de jornada diurna de 8 a 12 horas, de forma generalizada en aquellas labores que por su naturaleza no resultan peligrosas, extenuantes o insalubres. Cabe aclarar que en la actualidad es legal laborar 10 horas al día por 4 días a la semana (jornada disminuida) y a la vez, reiterar que hay empleados a los cuales no les aplican límites de jornadas que son aquellos usualmente conocidos como empleados de confianza y que lo prevee el artículo 143 del Código de Trabajo, los cuales podrían laborar hasta 12 horas diarias”, dijo Perlaza.
También el proyecto de ley propone la jornada anualizada, la cual consiste en calcular y distribuir la jornada no por día ni semana sino por cantidad de horas anuales, con un límite máximo de 10 horas diarias y un límite mínimo de 6 horas diarias y distribuir dichas horas según la demanda del servicio y la temporada en que se encuentre la empresa.
“Las jornadas anualizadas implicarían que no habría necesidad de tener que despedir a personal en periodos de muy baja productividad o utilizar contratos de plazo fijo o temporada, ya que el pago de las jornadas anualizadas sería por hora, respetando los salarios mínimos legales pre establecidos, pero distribuyendo la cantidad de horas según la temporada. Este proyecto prevé una jornada ordinaria diurna anualizada de dos mil cuatrocientas horas y nocturna de mil ochocientas horas, lo cual sería muy oportuno para el sector de turismo”, aseguró el especialista.
Nassar Abogados considera que estas jornadas 4×3 generalizada y anualizada atraería mayor inversión extranjera, y permitiría a las empresas reducir costos en servicios públicos porque el personal rotaría a la semana disminuyendo costos en servicios básicos, agua, teléfono, luz, e incluso en mobiliario y espacio físico.
Beneficios para los trabajadores.Por su experiencia, Perlaza asegura que este tipo de jornadas son preferidas por los trabajadores ya que podrían contar con mayor tiempo libre para descansar, estudiar y capacitarse.
“Este tipo de jornadas permitiría también a los empleados atender gestiones y realizar trámites en instituciones públicas necesarios o urgentes, lo que resulta difícil cuando se labora usualmente de lunes a viernes, de 8 de la mañana a 5 de la tarde, en el mismo horario y jornada de las oficinas de gobierno, viéndose obligados, en muchos casos, a solicitar vacaciones o permisos sin goce de salario para estos trámites” mencionó.
Perlaza considera que al ser una jornada laboral semanal más corta se facilitaría el tiempo en familia de calidad y cantidad para los colaboradores.
La jornada anualizada también tiene su beneficio porque permitiría que los empleados de temporada puedan tener un empleo permanente durante el año, generando mayor estabilidad y seguridad financiera y evitaría incuso la informalidad laboral.
Es importante que los patronos siempre analicen con detalle la fijación de sus jornadas de trabajo para evitar contingencias laborales.
Heilyn Gomez
Editora de contenido digital de la Revista EKA. Periodista. Asesora de comunicación y estudiante de derecho.