Edgar Mora, el alcalde de armas tomar
A las 6 a.m. ya está en pie. Lo primero que hace es jugar con sus dos perros, y luego riega sus plantas. Le gusta observar su jardín, e incluso tiene un “amigo” que lo visita todos los días, un colibrí al que él llama: Franky.
Para él, la mañana es un momento de claridad mental y poca actividad física. Por eso, también lee poesía –u otro tipo de lectura-.
Edgar Mora, actual alcalde de Curridabat, afirma en sus palabras que es “una persona que trabaja mucho, que ha encontrado felicidad en trabajar para los demás; una persona que no tiene sentimientos de posesión y que no pretende sino agregar experiencias a su vida».
Antes de ser el alcalde de Curridabat, no solo ejerció como periodista, sino que fundó una organización no gubernamental, que procuraba promover en Centroamérica a grupos desmovilizados para que pasaran a tener una sociedad más armónica.
Empezó a ver qué podía hacer por su comunidad, y a introducirse en la política a través de un partido local –Curridabat siglo XXI-. Con ese partido, fue Regidor un año, y ya este es el tercer período consecutivo como alcalde.
Actualmente, la municipalidad trabaja en un megaproyecto, llamado: Atlas de la Experiencia Real del Ciudadano, que integra tecnología para generar participación. “La idea es que la municipalidad se distinga por ser la más inteligente, y por ser el lugar donde se acumula la inteligencia de todos y se distribuye hacia todos los lugares”.
Otro proyecto en el que trabajan, y que está orientado a la búsqueda de la felicidad, es una plataforma o ventana de desarrollo de 360 grados, que ellos llaman: Ciudad Dulce, y que es un proyecto de desarrollo, que les permite ver el desarrollo del cantón en cinco dimensiones distintas: biodiversidad, infraestructura, hábitat, movilidad y productividad.
Su desafío es llevar adelante esos proyectos, pero además, su objetivo es que se pase de un 32% de puestos de trabajo con respecto al 100% de la población, a un 55%.