Cada día somos más las mujeres que ingresamos al mundo laboral, y aunque siempre existe un componente económico como incentivo para trabajar fuera del hogar, la gran mayoría también lo hacemos con la intención de lograr ser exitosas en el trabajo.
Sin embargo, en algunas mujeres esta búsqueda del éxito puede llegar a convertirse en frustración, ya que sentimos que el éxito nunca llega y el síndrome de impostora y la sensación de fracaso se apodera de nosotras… y de ahí, todo pareciera ir “cuesta abajo”.
Creo que a la gran mayoría nos ha sucedió al menos una vez, y aunque es normal albergar este tipo de pensamientos y sentimientos, no es sano hacerlo, ya que nada positivo puede salir de no creernos lo suficientemente buenas.
Por lo tanto, para lograr cambiar esa “realidad” que nos creamos, debemos empezar por definir exactamente qué es lo que estamos buscando, para lo cual debemos establecer claramente ¿Qué es éxito para nosotras? Aunque parezca una pregunta lógica, si nos tomamos el tiempo de desmenuzar la respuesta, podría ser evidente que no necesariamente sabemos qué es lo que realmente queremos.
Éxito es algo diferente para cada persona, y eso está bien. No todas tenemos que buscar lo mismo. Pero además, la definición de éxito puede ir cambiando con el tiempo, conforme maduramos, crecemos o atravesamos distintas etapas de nuestra vida.
Yo recuerdo que cuando estaba en la universidad estudiando publicidad, éxito para mi era entrar a trabajar a la agencia de publicidad de mis sueños, no importaba el puesto ni el salario, para mí era entrar y tener la experiencia de trabajar al lado de quienes eran los mejores, según mi realidad del momento. Cuando logré entrar como pasante, éxito evolucionó a ser contratada y además llevar las cuentas de clientes que eran afines a mi personalidad. Con el tiempo éxito se convirtió en mejores puestos, luego mayor salario. Cuando me convertí en madre por primera vez, éxito era un trabajo que me permitiera tener disponibilidad laboral y actualmente éxito laboral es hacer lo que amo, independientemente de si tengo o no un “puesto”, las horas a dedicar o un salario alto.
El problema se da cuando esta falta de claridad nos hace quererlo todo, sin ni siquiera saber cuando lo hemos alcanzado. Recuerda, no se puede controlar lo que no se puede medir, entonces el primer paso es definir qué es lo que queremos.
Si como mujeres logramos tener claridad definiendo qué es éxito para nosotras, nos será mucho más fácil poder lograrlo, ya que diariamente podemos definir si lo que estamos haciendo nos está acercando o alejando de lograrlo.
Y recuerda, el éxito debe ser definido como una M – E – T – A: Medible, Específico, Tiempo definido y Alcanzable. Pero, sobre todo, debes estar en la capacidad de disfrutar el proceso, estar abierta para variarlo por distintas circunstancias y asegurarte que sea lo que sea que definas como éxito, sea realmente tu definición y te haga feliz.
Adriana Álvarez
Empresaria y coach de mujeres
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