El azúcar se encuentra naturalmente en todos los alimentos que contienen carbohidratos, como en las frutas, verduras, granos y productos lácteos. Este consumo suele ser recomendado para mantener una salud óptima, al estar acompañados de fibra, minerales esenciales, antioxidantes, proteínas y calcio, se digieren lentamente ofreciendo un suministro constante de energía.
El problema surge, cuando se consume en grandes cantidades, es decir la que colocamos a las preparaciones y bebidas, y el que los fabricantes agregan a los productos para aumentar el sabor o prolongar la vida útil.
“El exceso en su consumo se ha asociado con el desarrollo de obesidad, diabetes tipo 2 e hígado graso, incluso se señala que podría tener un impacto grave en la salud cardiovascular, ya que puede aumentar la presión arterial y la inflamación crónica. Este por lo general tiene una mala reputación cuando se trata de la salud” explicó la nutricionista Mariela Parajeles.
Las fuentes principales son los frescos, las gaseosas, los jugos, zumos, néctar de frutas, los yogures con sabor, los cereales, las galletas, repostería, chocolates y confites, también se encuentran en la mayoría de los alimentos procesados e incluso en los que no necesariamente se asocian con sabor blando como, los embutidos, sopas y salsas.
En el caso de los edulcorantes artificiales (por ejemplo, acesulfame, aspartamo, sacarina, sucralosa) le dan la dulzura prácticamente sin ninguna de las calorías. Sin embargo, algunas investigaciones sugieren que el uso de estos podría ser contraproducente, ya que al ser mucho más dulce que el azúcar de mesa, pueden desensibilizarse al sabor.
Por ello, si utilizar edulcorantes artificiales dentro de un plan alimenticio balanceado puede continuar haciéndolo, no existen suficientes investigaciones como para indicar que su uso no sea seguro para la población. Pero, si desea puede beneficiarse al preferir edulcorantes naturales.
Recomendaciones: ·
- Revise la etiqueta, al elegir tome en cuenta la cantidad de azúcar agregada según el tamaño de la porción.
- Lea la lista de ingredientes, estos se reportan de mayor a menor cantidad, por lo que, si se encuentra dentro de los primeros tres ingredientes, probablemente sea un producto con un contenido alto.
- Vea si hay presencia de algunos sinónimos como: sacarosa, fructosa, dextrosa, glucosa, miel, maltodextrina, jugo de caña, miel de caña, edulcorante de maíz, jarabe de maíz alto en fructosa, azúcar de coco, miel de maíz, concentrados de jugos de frutas, jarabe de maple, azúcar invertida, maltosa, melaza, glas, sin refinar, malta de cebada, agave.
- Disminuya la cantidad agregada a bebidas como el café o té, y al realizar recetas procure modificar sustituir por stevia o el que brindan frutas como el banano y los dátiles.
Recuerde que una dieta saludable no implica dejar de comer todo tipo de productos, sino aprender a consumirlos de forma adecuada y en las porciones recomendadas por su nutricionista.
Heilyn Gomez
Editora de contenido digital de la Revista EKA. Periodista. Asesora de comunicación y estudiante de derecho.