En los últimos años la dolarización de los depósitos que se realizan en el Sistema Financiero Nacional se ha desacelerado; así lo indica la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), según información del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
En la década pasada más del 55% de los depósitos realizados por el sector privado en el Sistema Financiero Nacional estaban en dólares; sin embargo ya para el 2015 esta cifra fue del 36%, lo que refleja la desdolarización de los depósitos.
“Cuando los ahorrantes nacionales deciden ahorrar en dólares, es importante que el sistema financiero local ofrezca la oportunidad de realizar este ahorro localmente. De lo contrario, estos recursos podrían convertirse en una ‘salida de capital’ hacia sistemas financieros del exterior”, destacó Ronulfo Jiménez, Asesor Económico de la ABC.
Por su parte, las carteras de crédito del sector financiero también muestran una desdolarización. A mediados de la década pasada, el 50% de las carteras de crédito del sector financiero al sector privado estaban denominadas en dólares, mientras que para el 2015 esta cifra fue del 42%.
Según Jiménez, la dolarización ocurre por múltiples factores, pero se da particularmente en economías pequeñas fuertemente integradas a los flujos internacionales de comercio de bienes y servicios, inversión y movimientos de capital financiero, tal como es el caso de Costa Rica.
Este fenómeno se refuerza cuando la moneda nacional, en este caso el colón, no es un instrumento eficaz para conservar valor en comparación con otras monedas, como el dólar. Los clientes deciden en qué moneda ahorrar o endeudarse y los bancos tienen la responsabilidad de administrar adecuadamente el riesgo cambiario originado en las modificaciones del tipo de cambio.
La regulación prudencial dictada por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (CONASSIF), establece la obligación para las entidades financieras de realizar una adecuada administración del riesgo cambiario derivado del otorgamiento de crédito en dólares a deudores no generadores de dólares.
En este caso la capacidad de pago de los deudores se evalúa en escenarios de “estrés cambiario”, es decir, con modificaciones del tipo de cambio. “La dolarización no es una decisión de las entidades financieras, es una decisión del cliente y una realidad con la cual los bancos tienen que convivir.
En los últimos años se ha desacelerado este proceso y las entidades financieras han reforzado los mecanismos de una adecuada administración prudencial del riesgo cambiario para salvaguardar el ahorro de los depositantes”, concluyó Jiménez.
Enrique Rivas Leyva
Periodista. Asesor de comunicación para distintas marcas, tanto a nivel nacional como regional, desarrollando estrategias y contenido editorial, relaciones públicas, comunicación política, marketing y social media. Editor de Contenido Digital de la Revista EKA.
